La Alhambra, nombre abreviado de Qal'at al-Hamra, "la fortaleza roja, así llamada por el color ferruginoso de la arcillas del terreno circundante, es un recinto fortificado, situado en lo alto de una colina llamada Sabika en las fuentes medievales. Era una ciudad rodeada de murallas y jardines, dominada por un enclave real. Se creó en un mundo políticamente inestable, económicamente próspero, intelectualmente centrado en sí mismo, poéticamente rico, fascinado con el pasado e inmensamente erudito. Es un resumen de los temas medievales sobre la ideología principesca, según formas específicamente musulmanas.
Su vocabulario compositivo y sus técnicas constructivas o decorativas se reducen a torres, patios, galerías, salas rectangulares y cuadradas, cúpulas de mocárabes, techos de madera, yeserías y alicatados. El elemento central en la composición de la Alhambra es el patio rectangular. Un espacio central descubierto sirve como eje alrededor del cual se sitúan los otros componentes. En el centro de cada eje mayor existe una estancia cuadrada o pabellón cuadrado, que suele estar precedido por una habitación rectangular y un pórtico.
Las salas cuadradas se caracterizan por la presencia de nichos o alcobas, a menudo muy decorados, cuya finalidad es encuadrar la sala, permitir el paso de la luz o hacer que los ojos se dirijan hacia el exterior. La combinación de pórtico/sala alargada/sala cuadrada es una derivación de los elementos compositivos helenísticos y vitrubianos.
Su intención compositiva es la de unificar los espacios abiertos y cubiertos con fuentes y canales de agua, reforzando visualmente los ejes principales de la composición y eliminando el contraste entre zonas cubiertas y descubiertas. Se trata de unidades que están pensadas para ser vistas desde su centro y no desde el exterior.
El alzado viene caracterizado por la simplicidad de la estructura de los muros y el contraste entre los perfiles interiores y exteriores. Sólo existen dos tipos de soportes: muros y columnas. Para cubrir los espacios se utiliza la cúpula sobre trompas y la bóveda de cañón o de arista. La madera y la escayola desempeñan un importante papel en la creación de los alzados interiores: todo está lleno de casetones o recubierto con una capa de escayola.
Los mocárabes proporcionan a los techos la ilusión estructural de un movimiento ascendente que solía culminar en una pequeña cúpula. Por su flexibilidad y variedad de formas podían adaptarse a cualquier tipo de polígona y conseguían dar un efecto de cúpula a los espacios rectangulares.
Las partes inferiores de casi todas las paredes están cubiertas de azulejos (blancos, rojos, amarillos, azules y verdes) y el resto con escayola. La madera se reserva para los techos. Se decora toda la superficie siguiendo los principios geométricos de simetría (que facilita la repetición en una composición), crecimiento lineal (cualquier unidad geométrica cerrada puede transformarse o ser reemplazada por líneas rectas o quebradas de crecimiento infinito) y rotación.
Las inscripciones que decoran muchas paredes de la Alhambra, además de reemplazar a las imágenes figurativas utilizadas en otras tradiciones culturales, indican los propósitos del edificio y el tipo de significados que se le atribuyeron. Algunas son informativas y proporcionan datos concretos, como la época de la construcción o el personaje para quien fue construido. Otras son reiterativas y suelen ser fórmulas coránicas que recuerdan constantemente la idea musulmana de un solo dios en quien reside toda la realidad. Finalmente, encontramos las iconográficas, que subrayan algún propósito especial del edificio o establecen alguna asociación que, de entrada, no resultaba evidente.
Muchas salas, al igual que la fuente de los leones, están decoradas con poemas, que suelen estar a la altura de los ojos, y crean la impresión que el propio edificio habla y explica su propósito.