Sevilla fue el centro fundamental del arte almohade. Allí se construyó una gran mezquita de 17 naves, mayor que la de Córdoba, con cinco cúpulas ante el mihrab, de la que sólo quedan hoy el patio o sham -que en buena parte es el actual Patio de los Naranjos de la catedral de Sevilla- y el minarete: la Giralda. Esta torre, que indudablemente es la más característica del estilo y una de las más bellas del mundo islámico, se comenzó en 1184 y se remató catorce años después. Su estructura responde al modelo que, salvo en el sistema de acceso, será seguido en las torres mudéjares. La constituye un cuerpo o núcleo central cuadrado, rodeado por otro exterior, y entre ambos se sitúan las rampas de acceso, con la peculiaridad de que aumenta el grosor del muro externo conforme se gana altura. Exteriormente, se organiza en tres calles: la central, con ventanas de iluminación, de arcos lobulados y mixtilíneos de diverso tipo; y las laterales, con paneles con decoración de sebka o red de rombos, rematando en faja con arquerías. En su disposición primitiva tenía un segundo cuerpo cuadrado, más reducido, rematando con otro octogonal con cúpula.
El alminar es heredero del la Kutubiyya de Marraquech y de la torre de Hassan de Rabat (las imágenes de estas obras están al final de esta página)

Variaciones que ha sufrido la Giralda. Sevilla
La torre se concluyó con 82 metros de altura, de los cuales dos permanecen enterrados y cuatro desaparecidos con las reformas cristianas. El alminar estaba inspirado en la mezquita de Córdoba, es decir, formados por dos prismas paralelepípedos superpuestos y coronando con una cúpula y un espigón metálico en el que se insertaban cuatro esferas de bronce dorado, que desaparecieron por el efecto del terremoto de 1356. Hacia el 1400 se colocó una espadaña y su aspecto lo conseguirá en la década de 1558 a 1568, cuando el arquitecto Hernán Ruiz se hizo cargo de la remodelación del remate de la torre, poniendo una serie de volúmenes decrecientes y de color rojizo.

El alminar se comenzó a construir con piedra reaprovechada en 1184 de algunos edificios romanos.

García Lorca llamó a esta "torre enjaezada" al comparar las labores de rombo o sebka que tapizan sus cuatro frentes con el alegre atalaje bordado de un arnés. Con posterioridad, este tipo de decoración se usará en los campanarios mudéjares de Castilla la Nueva, Aragón y Andalucía.
El Giraldillo - La Giralda
La veleta que corona el conjunto, conocida como el Giraldillo, simboliza la Victoria de la Fe cristiana y fue obra de Bartolomé Morel realizada entre los años 1566 y 1568. La Giralda representa una mujer con túnica, escudo guerrero en una mano y una palma en la otra, y pese a tener 3,5 metros de altura sólo pesa 128 kilos, fundamental para poder realizar los giros sobre el eje que descansa en el globo que le sirve de apoyo. En total alcanzó los 103 metros de altura gracias a la parte de las campanas.
Alminares en África
La mezquita de Kutubia es uno de los monumentos más representativos de la ciudad de Marrakech (Marruecos), capital de los almorávides del siglo XII. Su alminar es el modelo de los de las mezquitas de Rabat, con la Torre Hasan y de Sevilla con la Giralda.
En Rabat (Marruecos) se levanta,  junto al río,  fuera del recinto amurallado, la torre Hasán, hermana de la Giralda de Sevilla y de la Kutubiyya de Marrakech y obra del mismo arquitecto sevillano. Mide 55 m. de altura y 16,20 de cada lado. Sus paredes tienen 2,50 de grueso, y a ella se sube por una rampa de 2 m. de ancho, de modo que puede llegarse a  caballo hasta la plataforma superior. Al pie se hallan las ruinas de la inmensa mezquita mandada construir también por Yacub-el-Mansur.