San Pedro en la primera mitad del siglo XVI. La basílica era todavía la antigua, construida bajo el emperador Constantino.
  Algunas partes de las murallas patrocinadas por León IV se ven en la distancia, en la cima de la colina del Vaticano.
Así vio la plaza de san Pedro del Vaticano y los palacios papales el pintor holandés Maarten van Heemskerck (1498-1574) hacia 1530.
Grabado en el que vemos lo que después se convertirá en la fachada de san Pedro del Vaticano de Carlos Mardeno y la gran plaza de Lorenzo Bernini. Ya se está levantando la cúpula de Miguel Ángel. De frente, la logia de Paulo II, logia de la bendición. el grabado es de artista desconocido, y se realizó hacia 1600.
En la transformación de las naves, la fachada tampoco se hace perdonar del todo, no obstante sus muchos méritos y el talento arquitectónico de su autor. Resulta una fachada demasiado enmascaradora, excesivamente dilatada y plana, sin una real concordancia con el cuerpo de la iglesia. Con la realización de esta obra grandiosa, el nombre de Maderna ocupó el primer puesto entre los arquitectos romanos. Los trabajos se iniciaron en el 1607 y se llevaron con ritmo tan acelerado, que en el 12 pudo ponerse en el piso del monumental orden corintio de la fachada la inscripción: IN HONOREM PRINCIPIS APOST. PAULUS V BURGHESIUS ROMANUS PONT. MAX. AN MDCXII PONT. VII.
En el cuadro de Viviano Codazzi (1604-1670) realizó bastantes trabajos de vistas de monumentos  en los que introduce muchos personajes. Es un adelantado del paisajismo realista veneciano del XVIII. En este cuadro del museo del Prado, vemos justo el momento en que la fachada de Maderno es terminada y anterior a los trabajos de Bernini, por lo que constituye un documento arqueológico de primer orden. Llama la atención que aparezcan los dos campanarios que no se llegaron a realizar, pues la ruina de su cimentación en 1646, hizo desestimar su construcción.