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Este conjunto tallado en madera de cedro interpreta
profunda y acertadamente la recia personalidad de Pablo, perseguidor y
apóstol. Por tamaño, talla y policromía parece destinada a una
colocación cercana para favorecer la devoción personal. Para plasmar
este busto recurre Cano al modelado de la talla -suelta, fácil,
magistral, monumental- y a la policromía. Con estos recursos expresa el
artista Cano al anunciador del Evangelio entre los gentiles. El rostro
de Pablo, vuelto con giro instantáneo y casi brusco hacia el hombro
derecho, a la manera de Miguel Ángel, dota a la figura de una energía
vital impulsada por su pasión por Cristo y por su violencia
temperamental; destaca en su rostro la mirada con ojos profundos
cargados de intención tanto de frente como de perfil. El color del óleo
funde de manera matizada la propia huella del corte de las gubias sobre
la madera con la pastosidad de las pinceladas, las transparencias, los
ajustados y fundidos sombreados. |
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Según se deduce por el acabado de la talla del cuello
de San Juan de Dios perteneció a una imagen de vestir, sin que este
destino aminore en absoluto la calidad artística de la cabeza, que
resulta, sin lugar a dudas, una de las más afortunadas representaciones
de este llamado Santo de la Caridad. Se completaba con el hábito de tela
y los atributos iconográficos del santo. El elemento facial más
sobresaliente son los ojos de cristal, que, junto con la amplitud de
dibujo y la talla de los párpados superiores, dan una mirada lejana y
absorta, revelando a un hombre fuerte y de espíritu profundo. La faceta
de pintor de Cano se refleja en el tratamiento de la policromía, en la
que utiliza una imprimación de tono claro rosado para conseguir unas
carnaciones de gran luminosidad. A través de unas pocas pinceladas Cano
consigue la barba, bigote, cejas y los cabellos de unión con la frente y
las sienes. San Juan de Dios es un santo íntimamente ligado a la
devoción de los granadinos ya que en Granada inició su labor de caridad
con los pobres enfermos, aquí nació la Orden Hospitalaria y en esta
ciudad murió. Se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Granada. |
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Los bustos de Adán y Eva fueron realizados por Alonso
Cano hacia 1666 y quedaron sin concluir a la muerte de éste, por lo que
la policromía la llevó a cabo en 1676 su discípulo, Juan Vélez de Ulloa.
El cabildo catedralicio granadino las adquirió en la testamentaría del
artista, estando documentada desde el siglo XVIII su ubicación en el
lugar que hoy ocupan en la Catedral, el arco toral de la capilla mayor.
Los bustos están tallados en madera de conífera, en concreto, de pino
negral (pinus pinaster) mediante varios bloques ensamblados entre
sí. En la restauración que se ha realizado hace poco se han eliminado
los repintes y estucos añadidos en otras intervenciones y que alteraban
la estética original de las obras. En estos bustos de Adán y Eva se pone
de manifiesto de forma evidente la genialidad de Alonso Cano, incluso
sin concluir su policromía, trasmiten a través de sus volúmenes la
grandeza de su modelado y su aguda intención expresiva. Suponen por
tanto la culminación material de la producción de este artista, una de
las mejores figuras del barroco andaluz. |
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Los dos bustos de Adán
y Eva, de tamaño mayor que el natural (O'64 m.), que talla Cano en
madera para los tondos de la Capilla Mayor de la Catedral, nos ofrecen
expresivos y valiosos testimonios de la personalidad artística del Cano
escultor en su etapa final, que de manera tan atractiva nos hacen
recordar los bustos del Bernini, aunque aquí el naturalismo y blandura
que aporta la policromía, realizada, según se acepta, por el pintor Juan
Vélez de Ulloa, los haga más cercanos y vivientes. Actualmente se
encuentran en el Museo de la Catedral. |
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