Esta imagen, llamada hoy Virgen de Belén, fue labrada para sustituir a la Inmaculada en el facistol de la catedral de Granada. Fue conocida hasta principios del siglo XX bajo las advocaciones de Virgen del Rosario y Virgen del Patrocinio. A principios del XIX continuaba esta imagen en su emplazamiento original coronando el facistol. En esta talla, de pequeño tamaño (46x23x25 cm) en madera de cedro y policromada  ofrece Cano su personal visión de la maternidad de María como centro para presidir la cotidiana oración litúrgica del cabildo. Posteriormente se trasladó al oratorio de la sacristía; desde aquí, finalmente, pasó a su colocación actual en el Museo de la Catedral. La escultura representa a María sentada sosteniendo con su mano izquierda a Jesús desnudo que dirige su mirada hacia el frente y alza su brazo derecho; mediante un leve giro el cuerpo de la Madre centra su atención en Jesús compartiendo ambos el protagonismo. Viste María una sencilla túnica blanca, manto azul extendido por encima de su pierna derecha y recogido en el brazo izquierdo. Cubre María su cabeza -como una Madona renacentista- con velo de color cobrizo, el mismo del ceñidor de su cintura. Esta talla está trazada para ser contemplada desde abajo. Por ello, Cano, uniendo el contenido íntimo del diálogo de la Virgen con el Niño, la representa con la cabeza inclinada hacia su hijo: Una invitación a la comunicación para quien, muy despacio y admirando, la contempla.