Antes de pintar al Papa Inocencio X, Velázquez hizo un retrato de su criado-esclavo, Juan de Pareja, que le acompañaba en el viaje, al que posteriormente le concederá la absoluta libertad, pero que, no obstante permanecerá con Velázquez como ayudante y fiel servidor hasta su defunción. El lienzo sorprendió a los romanos y se le abren a Velázquez las puertas de la Academia de San Lucas y la de Virtuosi al Panttheon