Es una de las más significativas obras de la producción juvenil de Zurbarán. San Serapio, religioso mercedario, conocido por su actividad como predicador en el África septentrional, fue martirizado en 1240. La canonización fue posterior a la fecha del cuadro. El santo aparece envuelto en un holgado hábito blanco de la Orden de la Merced. Parece que se sobrepone al instante cruento del martirio. El rostro presenta una sosegada e intensa expresividad. |