Hacia 1132, Alfonso VII, que mantenía contactos con San Bernardo de Claraval, instala a los monjes cistercienses en el yermo de Morerue, con la intención de colonizar aquellos territorios despoblados. El monasterio desplegó una gran actividad en todo el territorio, incluso norte de Portugal, y construyó un magnífico centro que estaba terminado hacia 1168. Pese a la ruina, estamos ante una de las más grandiosas perspectivas monumentales de toda la Vía de la Plata. Tras la desamortización, se vendió el monasterio como cantera. Los campesinos llevaban carros de piedra para hacer sus casas. Así, el hastial occidental, por ejemplo, fue destruido para hacer la iglesia de Granja de Moreruela. Fue declarado monumento nacional el 3 de junio de 1931. |