Kefrén
Kefrén
Estatua de Kefrén realizada en diorita y que mide 168 cm. de altura. Proce de Giza, de la IV dinastía. Se encuentra en el Museo Egipcio de El Cairo.
La estatua de tamaño natural de Kefrén sigue siendo la obra maestra de la escultura del Imperio Antiguo, tanto por la destreza de la labor cuanto porque materializa el concepto de soberanía en el Egipto antiguo. El faraón está sentado en un trono cuyo respaldo le llega a los hombros; encima éste, Horus, en forma de halcón, abraza con sus alas la cabeza del rey, y las dos figuras están vinculadas porque el faraón reinante es la encarnación de la divinidad. El trono tiene patas de león, y cabezas del mismo animal sobresalen en los dos extremos del asiento. A ambos lados del bloque en que el trono está esculpido como relieve, se ven las flores del Alto y el Bajo Egipto, enlazadas por el nudo de la unificación. El rey se halla semidesnudo, con sólo el shenti plisado, en postura de rígida simetría, apenas aliviada por la distinta colocación de las manos.
Esta estatua se hallaba en el Templo del Valle del faraón. Se descubrió bajo el enlosado, en una fosa en la que se había colocado en fecha indeterminada, ya fuera para protegerla o con una finalidad ritual. En el mismo lugar se encontraron fragmentos de estatuas similares.