Loba capitolina
Según la leyenda, los gemelos Rómulo y Remo, cuyo padre era el dios Marte, fueron abandonados en el río Tíber por orden del rey Amulio, cuya hija había incumplido el mandato de virginidad que él le impuso cuando la obligó a dedicarse al culto de Vesta. Los hermanos fueron luego recogidos y amamantados por la loba Luperca. Al crecer, el mayor, Rómulo, trazó el perímetro de la Roma y se convirtió en el primer rey de la ciudad, el 21 abril del 753 antes de Cristo. La escultura es de bronce, de 75 centímetros de altura y 114 de anchura. Posteriormente, en 1471, se le añadieron las esculturas de los niños Rómulo y Remo, posiblemente del escultor renacentista Pollaiuolo, para representar la leyenda mitológica de la fundación de Roma. Se ha demostrado con el carbono 14 que se trata de una copia medieval de un original etrusco. Las investigaciones para esclarecer su edad comenzaron en 2009 y se han realizado gracias a avanzadas técnicas como la espectometría de masa, que ha permitido extraer y analizar pequeñas muestras orgánicas, restos de tierra o vegetales, para ser analizados.. Los expertos de la Universidad de Salento, quienes han realizado estos exámenes, consideran que la atribución del siglo XI o XII es correcta al 95,4%.
Loba capitolina, detalle de la cabeza