La catedral de Reims es el lugar en que se coronaban los reyes de Francia. La decoración escultórica que presenta por todo el exterior es impresionante en cantidad y calidad. La ornamentación llega hasta la cumbre. Lo que contemplamos ahora es la portada oeste. Como rasgo curioso en esta catedral, desaparecen los tímpanos esculpidos. La escultura se refugia en los gabletes. En las jambas de esta fachada tenemos lo temas de la Anunciación y la Visitación a nuestra derecha y a nuestra izquierda está el tema de la presentación del Niño en el templo. El enorme programa escultórico de las catedrales góticas, y de esta en concreto, hizo que trabajaran diferentes maestros. En el caso de esta catedral hay una influencia clara helénica sobre ellos.  Las Cruzadas se hacían por tierra a través de Grecia. Es posible que conocieran obras como el Partenón, entre otras, cuando todavía estaba bien conservado.
Al ver el grupo se aprecia claramente la presencia de tres maestros en las esculturas de esta jamba, realizadas entre 1230 y 1260. En eso consiste la grandeza de la escultura gótica. Con ella se produce un incremento del naturalismo de las obras respecto a la etapa románica: los rasgos se individualizan, el movimiento se incrementa y el naturalismo se acentúa. Tanto es así, que en el grupo que hemos comentado podría afirmarse que las cuatro figuras son obras exentas, colocadas allí para engrandecer y embellecer la portada por la que accedían al templo aquellos que iban a ser coronados reyes de Francia.
Las escenas que se desarrollan son, a nuestra izquierda, la escena de la Anunciación y a nuestra derecha la Visitación. No hay unidad artística en la escultura de las grandes catedrales y esto, en el caso de Reims, esto es evidente, donde además tenemos clara la presencia de una influencia helenística clara en el tema de la Visitación.
"Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin."
María respondió al ángel: "¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?". El ángel le respondió: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios." Dijo María: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y el ángel dejándola se fue".
San Lucas, 1,26-38

En la escena de la Anunciación está presente el conocido como Maestro de la Sonrisa. El ángel es esbelto, con un canon muy alargado, y en su rostro presenta una sonrisa semejante a la de las esculturas griegas arcaicas. A su lado está la figura de la Virgen, con un canon y unos plegados distintos a los del ángel. Este maestro sigue los modelos más calmados de Amiens. Una misma portada acoge la obra antiquizante del Maestro de la Visitación, y este ángel sonriente de una Anunciación que responde a los presupuestos del arte cortesano y amable que triunfa durante la segunda mitad del siglo XIII.

María respondió al ángel: "¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?" El ángel le respondió: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios." Dijo María: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y el ángel dejándola se fue. En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!" Y dijo María: "Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador".... María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa. San Lucas 1,34-47 y 56

Escena de la Visitación de la Virgen (izda.) a su prima Isabel (dcha.)

En la Visitación se da el encuentro de María e Isabel, ambas embarazadas. Ambas comparten la postura del contrapposto; sus cabezas se inclinan y sus manos gesticulan; los rostros son expresivos y diferenciados; los ropajes, modelados y de pliegues profundos, finos y delicados, envuelven los cuerpos, que se encuentran bajo la ropa (técnica de los paños mojados). Todo nos hace indicar que este escultor conoce el arte clásico griego.