Esta obra conocida como la Dama de Auxerre es de mediados del siglo VII a.C. está realizada en piedra caliza.  Es de tamaño inferior al natural; sin peana mide 65 cm, y con peaña 75 cm. Se encuentra en el Louvre. Es una de las primeras korai conocidas del arete griego. La imagen de la joven se alza sobre un zócalo con los pies muy juntos; por tanto, no avanza, como sí lo hacen los kuroi, las representaciones masculinas arcaicas. El brazo izquierdo está pegado al cuerpo y la mano derecha se posa abierta en el pecho. Un peinado rizado compacto y voluminoso, que por delante cae sobre el pecho y por detrás en la espalda, enmarca un rostro triangular de ojos almendrados; el pelo se recoge en la frente en pequeños tirabuzones. La boca tiene la típica sonrisa llamada arcaica que también presentan los kuroi y korai
Esta figura tiene un vestido largo. Una pañoleta (epiblema) cubre los hombros y brazos. Bajo el borde en arco del vestido solo aparecen las puntas de los pies. Un cinturón ancho ciñe la estrecha cintura. Varios cuerpos rectangulares articulan verticalmente el vestido por debajo del cinturón. En el extremo inferior del dibujo se distingue una serie de dibujos de trama, que originariamente estaban coloreados, como toda la figura, subrayando el valor del vestido y facilitando al mismo tiempo la diferenciación visual entre la parte superior del inferior del mismo. La cuidada representación de las unas de los dedos de la mano y del pie indican el esmero con que el artista cretense anónimo creó esta pequeña obra maestro de la primera etapa de la escultura griega en piedra.