Estatua de Atenea Promakhos, la  que combate en primera fila, ayudando a los atenienses; por eso lleva lanza, casco y escudo, como una hoplita cualquiera pero a lo grande, a lo divino. Esto es lo que verían los atenienses al entrar por los Propileos en la Acrópolis. Esta estatua fue levantada hacia 460 a.C. para conmemorar la victoria sobre los persas. Era una figura gigantesca de 15 metros de altura, con el propósito de que pudiera divisarse desde lejos y los viajeros supieran que ya estaban próximos a Atenas cuando advertían el casco y la punta de la lanza de la diosa en el horizonte.