Se suele hacer iniciar el clasicismo con un momento de transición o "estilo severo" (480-450 a.C), seguido de un "clasicismo ideal" (450-400 a.C.) que daría paso a un "estilo rico" (400-370). Esta secuencia cronológica plantea, sin embargo, muchas dificultades. La primera es que se basa en un planteamiento que prima la orientación realista (como si la evolución fuese, necesariamente, "progresando" de lo no naturalista al naturalismo). La segunda es la falta de originales: sólo conocemos la mayoría de obras a través de copias romanas, lo que puede inducir a una visión romanizada de la estatuaria clásica. La tercera es que durante el llamado "estilo severo" se hicieron algunas esculturas consideradas fundamentales para la comprensión del clasicismo: el Auriga de Delfos (h. 477 a.C.), el desaparecido grupo de Los tiranicidas (h. 477 a.C.), el Poseidón atribuido a Calamis (h. 460 a.C.) e incluso el desaparecido Discóbolo de Mirón (h. 450 a.C.). Se habla entonces de "transición", lo que revela la dificultad para entender las épocas de forma cerrada.
"El Discóbolo mironiano no supone, a juzgar por las copias romanas disponibles, ningún progreso fundamental sobre estas dos esculturas (el Auriga de Delfos y el Poseidón del cabo Artemision). Realizado en el año 450 se mueve en los mismos parámetros. La representatividad y el pretendido realismo de los que tanto se ha hablado desaparecen a poco que miremos atentamente la estatua, compuesta a partir de un juego de triángulos y un ligero desajuste de los miembros a fin de encajarlos en los triángulos. La figura, concebida como el Poseidón en un solo plano o espacio, afirma el ritmo de su movimiento con el alargado brazo que sujeta el disco y para lanzarlo se dispone a trazar un círculo perfecto... De nuevo la imagen tiene poco que ver con el empirismo del que algunos historiadores la vienen tradicionalmente reclamando. La mímesis es aquí, como en todo el arte griego, una verdadera creación."
Mirón, discípulo de Agelades de Argos, al igual que Policleto y Fidias, destacó sobre todo como broncista aunque, por haberse perdido toda su obra, sólo es posible reconocerla mediante copias romanas de mármol.

La obra que vemos es una copia romana en mármol del original en bronce realizado por Mirón hacia el 455 a.C. Rompe con la simetría y el hieratismo de periodos anteriores de la escultura griega. Busca y consigue el movimiento en potencia, un movimiento sugerido, de tensión antes del lanzar el disco. Está organizado en torno a dos arcos que se cortan: el primer arco está formado por los brazos y los hombros y va hasta el pie levantado; el segundo, une la cabeza y la espalda para terminar en el pie que soporta el mayor peso del cuerpo. Tiene un buen conocimiento de la anatomía humana que conoce bien. Busca la belleza ideal por lo que la cara no es ningún retrato. A pesar de estos avances en la escultura, todavía mantiene ciertos rasgos del periodo severo, como la inexpresividad del rostro, que no denota ningún atisbo del esfuerzo realizado, y que, a pesar del movimiento, sigue habiendo cierta frontalidad, en el sentido de que el mejor punto para contemplar la obra es el frontal y no los laterales. La época en que trabaja se corresponde con el momento de mayor esplendor de la Grecia clásica de Pericles.

Discóbolo de Mirón Discóbolo - Esquema