Este galo acaba de matar a su mujer (Gálata uxoricida) para librarla de la esclavitud. Mientras sujeta el cadáver, gira la cabeza hacia su enemigo en actitud desafiante, al tiempo que se suicida, hundiéndose la espada en el pecho. A su alrededor si sitúan cuatro gálatas moribundos (imagen inferior), tendidos en el suelo.
Esta obra es una antigua copia romana en mármol de una estatua griega ya desaparecida, probablemente hecha en bronce, que fue encargada entre 230 y 220 a. C. por Átalo I de Pérgamo para conmemorar la victoria sobre los gálatas. La base sobre la que se apoya actualmente fue ańadida tras su redescubrimiento. La identidad del escultor se desconoce, pero algunos sugieren que Epígonas (Epígono), el escultor de la corte de la dinastía atálida, pudo haber sido el autor. La estatua muestra a un celta moribundo con gran realismo, especialmente en la cara, y es posible que estuviera pintado.