El castro de Coaña (Navia - Asturias) es un yacimiento arqueológico de primer orden para conocer un tipo de asentamiento que fue predominante en Asturias durante la Edad del Hierro y época romana. En el castro se documentan dos murallas, cada una rodeando dos recintos diferenciados: la Acrópolis, que en la acepción topográfica del término viene a ser un terreno alto fortificado, y el del Barrio Norte, donde se encuentran la mayor parte de las cabañas exhumadas, saunas castreñas y otras estructuras.

Nº 1. Acceso al castro. El camino estaba empedrado  con pequeños bloques hincados y muy apretados. En días lluviosos esto daba una mayor facilidad para el tránsito. Además, se conservaba mejor.  Buena parte del castro estaba rodeado por un foso abierto en la roca.

Nº 2. Bordeando la acrópolis ya a través de un camino con una pequeña acera a mano derecha, encontramos lo que ha sido considerado como un torreón de vigilancia, posiblemente de mayor altura. Al frente se encuentra la generalidad del caserío, con mezcla de formas formas y tamaños, asentado sobre un terreno nivelado con rellenos. Las paredes de la construcción alcanzarían los dos metros de altura, aunque algunas paredes mejor conservadas llevan a pensar que algunas casas podrían alcanzar los cuatro metros. Al pie del torreón destaca una amplia cabaña de esquinas redondeadas y a su lado otras de forma circular de bastante altura. Hacia atrás la calle asciende hasta el interior de la acrópolis con una sólida muralla de tres metros que la protege.

N 3. Cabaña circular y barrio norte. En el número 3 se muestra un buen ejemplo de cabaña circular con vestíbulo o corredor en la zona de entrada; con distintas formas, es la forma de construcción más común en Coaña. No se conocen más vanos, por lo que su interior estaría iluminado y calentado por el hogar que estaba a ras del suelo y en torno al cual se desarrollaba la vida doméstica.

Nº 4. Una de las cabañas circulares tiene un tramo de banco adosado a la pared como los que Estrabón comenta servían de asiente conforme a jerarquía en comidas ritualizadas.

Nº 5. Zona de baños. Parece que en esta zona había salas de baños y saunas. El agua caliente se obtenía derramando agua sobre cantos rodados incandescentes, costumbre que los lugareños tomaron de los romanos tras la Segunda Guerra Púnica. Las saunas castreñas conformarían un modelo rústico de termnas.

Dentro de la variedad de plantas destacan las circulares y las cuadrangulares o elipsoidales con esquina redondeada. Las plantas ortogonales, es decir, con las cuatro esquinas vivas (en ángulo reto) debieron ser introducidas en momentos posteriores al igual que el uso de paredes medianeras, pues la cabaña tradicional castreña es exenta, es decir, no comparte muros con las cabañas aledañas.
Hoy en día es posible ver en el castro las características piedras con cazoletas, bloques cúbicos de granito con una moldura en los que se han labrado una o varias cazoletas. Se cree que eran morteros y que, encastrados en el suelo de la cabaña, se ubicarían cerca del hogar.