El objeto que vemos es un kylix, una vasija griega de varios usos; con ella se bebía el buen vino. Suele ser de pie ancho, con una base fina, dos asas y un recipiente de gran formato, pero poco hondo. Este tipo de cerámica se solía pintar. Vemos a Zeus, dios del trueno y de la tormenta, dipaltos, con un haz de rayos en cada mano, cada uno de ellos en forma de doble tridente. Se puede leer, traducido del griego: "Soy un hermoso vaso" [καλόν είμί ποτήρ(ι)ον]. Éste es un ejemplo de pintura negra, donde la figura se perfila sobre el fondo de arcilla pulida. La obra fue en encontrada en una necrópolis tartésica y tiene grandes rasgos orientalizantes. El vaso está fechado entre los años 560 a 550 a.C. y se ha encontrado en la necrópolis de Medellín (Badajoz). |