El retablo de San Benito, en Valladolid, constaba de banco, dos cuerpos separadas por entablamento y once calles, divididas por columnas abalaustradas, con hornacinas para pinturas, relieves y esculturas de bulto redondo, de mayor tamaño las de la calle central, que se cubría con veneras, en tanto frontones triangulares cerraban las laterales. En la imagen inferior, lo que está en blanco y negro es la parte que no está actualmente en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid.