Está tallado en madera,
policromado y dorado. Utiliza la técnica del
estofado (consiste en dar pan de oro a las
tallas de madera y ocultarlo con una capa de
pintura, posteriormente, con un garfio o con un
punzón, se raspa la pintura haciendo dibujos
ornamentales, de modo que los surcos dejen asomar el
color o el dorado que está debajo, dando la
sensación de un adorno en relieve con un rico
colorido) y del encarnado (se cubre la madera
tallada con varias capas de yeso y pintura y luego
se le da un lustre especial para dar un color y una
textura parecidas a la piel humana). Berruguete era
particularmente aficionado al dorado, que aplicaba
tanto a ropajes, como a fondos e incluso al pelo,
aumentando, así, el efecto irreal y expresivo de las
escenas.