Cuando se termina el museo se realizó un programa iconográfico. La parte más decorada es el gran friso que se colocó sobre la puerta oeste, la que se abre al Paseo del Prado y que desde finales del pasado siglo se conoce como "de Velázquez" por la estatua allí colocada con motivo de su centenario. Este friso presenta una alegoría del rey Fernando VII como protector de las ciencias, las artes y la técnica, que en figuras simbólicas se presentan ante su regio trono; detrás del rey, clásicos dioses mitológicos (Atenea, Apolo, Mercurio, Neptuno) parecen estar inspirándole aquellas decisiones de protección y progreso. Se completó la fachada con una doble decoración en los dos largos tramos de la galería central: esculturas alegóricas femeninas dentro de nichos-hornacina, y medallones con bustos de los más destacados artistas españoles: seis pintores (tres a cada lado de la puerta), cinco escultores (a continuación de los de la izquierda) y cinco arquitectos (al lado de los de la derecha). |
Abajo la puerta de Goya tal como era en su origen. |
El proyecto para el Gabinete de Historia
Natural fue aprobado por el rey Carlos III en 1785, y las obras se
iniciaron poco después. Villanueva concibió un edificio alargado siguiendo
el eje de una luminosa galería rematada e interrumpida en su centro por
tres cuerpos de mayor volumen: dos cubos en los extremos de la Galería y
una edificación de planta basilical en su eje central. El cubo norte se
organizaba en torno a una rotonda, con bellas columnas jónicas y bóveda
semiesférica de casetones en su planta principal, y con una cripta en la
baja; el cubo sur se articulaba en torno a un patio. Uno y otro parecen
resucitar, como hizo en efecto el Neoclasicismo, organizaciones
arquitectónicas propias de la antigüedad clásica: el templo circular el
primero, y la distribución en torno a un patio de las dependencias de la
casa romana, la "domus", el segundo. En cuanto al cuerpo central, que
Villanueva destinaba a las reuniones y sesiones de los académicos y
estudiosos de la Historia Natural, fue un claro recuerdo de la basílica
romana, alargada y rematada por un ábside curvo. |
Al fondo a la izquierda, el iglesia de San Jerónimo. Aprovechando las instalaciones del claustro, se quiere hacer la ampliación del Mueso del Prado. El proyecto elegido ha sido el del arquitecto español Rafael Moneo (abajo). |
¿Te imaginas el Museo cuando no había automóviles? Esta litografía de Francisco Javier Parcerisa, de su obra Recuerdos y bellezas de España, te puede sugerir algo. |