Cuando Goya entra en la Corte conoce el arte de sus grandes coetáneos y las regias colecciones atesoradas durante generaciones, con obra abundante de Velázquez, su maestro confesado, junto con Rembrandt y la Naturaleza. Los retratos de la familia de Felipe IV realizados por Velázquez causaron impresión en el aragonés; los dibujó y los grabó al aguafuerte. Su primer retrato encargado, Carlos III, cazador (h. 1788), recuerda de forma consciente al Felipe IV, cazador de Velázquez.