En ambas figuras sorprende la extraña cabeza, casi de maniquí, inexpresiva y pegada de manera ilógica a un tronco, con el que no parece tenga mucho que ver. La maja desnuda pudo ser pintada hacia1790; en cambio la "vestida" parece algo posterior a 1800. ¿Acaso se encargó la vestida para ocultar a la desnuda? ¿Es el cuerpo de la desnuda el de la duquesa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, duquesa del Alba? ¿Estuvo inicialmente en la colección de los Alba y al obtener Godoy la pintura ordenó éste al artista hacer la vestida? Tal vez se trate de una representación de la célebre Pepita Tudó, amante del valido con quien mantuvo peculiares relaciones, y que contrajo matrimonio con Godoy en 1829, a la muerte de la condesa de Chinchón, primera esposa de éste. Una cuestión que no se descarta es el hecho probado de que Goya buscase inspiración en el cuerpo de la duquesa de Alba para hacer desnudos femeninos tal y como cabe observar en el Álbum A ejecutado en Sanlúcar de Barrameda en la finca de la famosa dama; de hecho el cuerpo de la desnuda no se encuentra lejos del ideal de belleza femenina que la aristócrata encarnaba: tipo fino y elegante, huesos menudos, cintura breve y senos turgentes y distanciados. La técnica está más abocetada, libre y avanzada, indudablemente goyesca en el sentido estricto de la expresión, que en la vestida. La vibración de color, la delicadeza de los ropajes y la manera de acusar el cuerpo bajo las telas la hace más atractiva e incluso incitante, respondiendo a la feliz definición de la condesa de Pardo Bazán, quien dijo que de ella que era "más que desnuda".  Es casi neoclásica por su sentido escultórico y aunque responde al tipo femenino habitual en la producción de grabados y dibujos del maestro, es lo menos "goyesco" que pintó.