Ya en la cerámica del Minoico Medio se podían apreciar plenamente las dotes artísticas de los cretenses, tanto en un aspecto puramente ornamental como en el desarrollo de motivos figurativos relacionados con la naturaleza y las creencias religiosas. A un admirable sentido de la policromía se sumaban la delicadeza del dibujo y el dominio de la estilización.
Los temas de la cerámica nos hablan de la expresión de un pueblo más vitalista que el egipcio, gozoso de proclamar su adecuación al medio, la libertad de una existencia dichosa en contacto con la naturaleza, despreocupada por el más allá. Algo que sigue manifestándose también en la cerámica de este período, decorada con estilizados peces entre motivos marinos, pulpos que extienden sus tentáculos entre rocas o sorprendentes motivos de hojas entrelazadas.
El periodo clásico de la cerámica de Camares se corresponde a los años 1900-1800 a.C.