Al observar la planta del palacio de Knossos es fácil subrayar su carácter abierto, sin murallas ni fortificaciones, sin edificios monumentales ni templos: uno tiene más la sensación de estar contemplando un conjunto de almacenes que un centro de autoridad. "Un palacio cretense se compone de un complejísimo conjunto de dependencias, verdaderamente laberíntico, lo que acaso dio origen a la leyenda del laberinto de Creta, en relación con el héroe Teseo y el Minotauro. Se alza sobre amplia terraza, sin murallas de defensa, y se desarrolla en torno a un gran patio enlosado que a veces se rodea de pórticos. Da acceso a este patio una puerta monumental, verosímilmente con columnas, probable origen de los propileos por los que se accede a las acrópolis griegas. En torno al patio se disponen habitaciones rectangulares, llegándose a ellas por estrechos pasillos en recodo. En la parte noble se sitúan una sala de recepción y la gran sala del trono, caracterizada ésta por la colocación de un trono de piedra y un banco corrido junto a la pared para los cortesanos. Detrás de esta gran sala -la más decorada del palacio- se hallan las habitaciones privadas -algunas de dos pisos- y, entre ellas, las destinadas a las mujeres de la corte, formando una intrincada serie de pequeñas cámaras rectangulares para las que en todo momento se evita la línea recta en la situación de las puertas. Remata en terrazas, y se abren ventanas y tragaluces para la iluminación. Completan el conjunto palaciego -que se pretende autónomo en su economía y funcionamiento- molinos, hornos de pan, graneros, establos, amplios almacenes de planta trapecial, sistemas de conducción de agua, alcantarillas, etc. Junto a los palacios existen grandes espacios abiertos que servirían para juegos, como luego hemos de ver en las palestras griegas." (Azcárate, J.M.)

Reconstrucción ideal de la ciudad de Knosos.