Esta escena del salto sobre el toro (taurocatapsia) está enmarcada por unas franjas multicolores de elementos punteados y rayados que se sobreponen en forma de escamas. Sobre un fondo azul liso, sin paisaje, un joven realiza una acrobacia: una especie de salto mortal por encima de un gran toro. Una joven coge los cuernos del toro mientras otra levanta los brazos esperando la caída del saltador. Todos visten un faldellín y una especie de botines; su cabello es negro con largos tirabuzones. Las figuras presentan los convencionalismos característicos de la pintura minoica: ausencia de sombras y de perspectiva, figuras de perfil, ojos en posición frontal, cinturas estrechas, anchos hombros, manos pequeñas, piel oscura para las figuras masculinas u blanca para las femeninas...
Quizás da la sensación de una mayor naturalidad, no tanto por los medios estilísticos, como por el atrevimiento del tema, la preferencia por lo profano y episódico, por los motivos dinámicos y por su renuncia a la solemnidad representativa. Frente al arte egipcio y mesopotámico, el dinamismo de la escena, la representación de una acción, el colorismo, una cierta libertad de concepción no exenta de convencionalismos, reflejan quizás el papel secundario de la religión, así como una función muy importante de la ciudad y el comercio.
Aunque la pintura mural minoica es heredera de la tradición pictórica egipcia, en la forma de componer las figuras, los detalles del vestuario, o la técnica pictórica, lo cierto es que la pintura minoica acabó desarrollando un estilo propio, rompiendo la rigidez de las imágenes egipcias, la utilización de diseños curvos y el gusto por representar detalles de la realidad.

La imagen representa una acción instantánea. El movimiento del saltador se expresa mediante la flexión de las piernas y el vuelo de los cabellos. Piernas, torso y cabeza definen un arco, a pesar de que las tres figuras mantienen un aspecto rígido y esquemático. La figura del toro, en cambio, es notable por el detallismo anatómico y el efecto de dinamismo y flexibilidad que ofrecen las curvas de la cabeza, el lomo y la cola. La minuciosidad en la representación del pelo, las pezuñas, los cuernos y las manchas en la coloración del pelaje son un ejemplo de la maestría del estilo animalístico minoico.

El salto del toro; ilustración de Rudolph F. Zallinger.