Máscara funeraria realizada  en una fina lámina de oro mediante repujado, caracterizada por un naturalismo simplificado. El rostro del difunto presenta una barba a penas detallada  y los ojos están cerrados representando el sueño de la muerte. Las seis máscaras  de oro que aparecen en el Circulo A y la de electrón del Círculo B, están realizadas en una fina lámina de metal que se adapta a una cara de madera esculpida para conseguir su forma. Estas máscaras forman un conjunto único y aislado, no solamente porque no se encuentran otros objetos parecidos, sino porque su difusión, espacial y cronológica es muy limitada y expresan una estética especial. Tres de ellas parecen corresponderse con representaciones convencionales, sin embargo las otras dos, entre ellas la denominada de Agamenón, están tan  individualizadas, que se las considera retratos de personas físicas. Podríamos Hablar de los únicos retratos realizados durante mucho tiempo. La máscara se encontraba sobre el rostro de un cuerpo hallado en la tumba V. Schliemann creyó que había descubierto el cuerpo del legendario líder griego Agamenón, de donde procede el nombre de la máscara. Sin embargo, investigaciones arqueológicas modernas sugieren que la máscara es de 1500-1550 a.C., anterior por tanto en 300 años a la época en la que debió de reinar Agamenón. A pesar de esto, ha conservado su nombre.

Abajo, otras máscaras encontradas en ese mismo lugar.