La cueva de la Covaciella, en
el concejo asturiano de Cabrales consiste en una galería de
cuarenta metros de largo que finaliza en una sala con
pinturas rupestres paleolíticas del periodo magdaleniense
con una antigüedad de 14000 años. Fue descubierta en 1994
cuando tras una voladura por obras en la carretera abrió un
agujero en la cueva. El hecho de su cerramiento y su tardío
descubrimiento hace que la calidad y conservación de las
pinturas sea muy alta. Se considera a los bisontes como los
mejor conservados de la cornisa cantábrica. La cueva se
encuentra cerrada al público.