La cueva de Covalanas era conocida desde antiguo por los habitantes de la zona, como "la cueva de las herramientas" por el uso que se hacía de ella. En Septiembre de 1903 Hermilio Alcalde del Río y Lorenzo Sierra descubrieron las pinturas que se encontraban en su interior. En la década de los 80, un equipo del Área de Prehistoria de la Universidad de Cantabria realizó un nuevo estudio de la cavidad. Covalanas se localiza en la ladera del monte Pando, a pocos kilómetros de Ramales de la Victoria. La entrada no tiene grandes dimensiones y su acceso es muy sencillo. Tiene dos galerías, aunque solo una de ellas presenta decoración paleolítica. En una zona profunda de dicha galería, y en un espacio no superior a 12 metros de longitud, se localiza el conjunto de representaciones más numeroso de la cueva, con 22 figuras de las cuales 18 son ciervas, animal característico de las cuevas decoradas de Cantabria, un caballo, un reno (animal escasamente representado en la región cántabra), un uro y un animal difícil de identificar. También hay signos dispersos por toda la cueva de trazos negros y en la zona final se ven algunos restos indescifrables de pintura roja. Todas las representaciones, a excepción de las mencionadas marcas negras, se hicieron con pintura roja.
Las figuraciones se han pintado mediante una técnica característica conocida como "tamponado", consistente en la aplicación del colorante sobre la pared mediante puntos aplicados con los dedos o con un trozo de piel a modo de tampón. En la imagen, un caballo pintado en tojo aprovechando el saliente de la roca.
Es probable que todas las representaciones se realizaran en un mismo momento. Las técnicas y convenciones artísticas sitúan este conjunto en época Gravetiense, hace al menos unos 20.000 años.
La profusa utilización del tamponado como los elementos más características del trazado de las figuras (ciervas con orejas en V y cuellos largos, despieces interiores, etc.) dan a esta cueva una personalidad singular.