La gruta, pintada y grabada, tras el periodo glaciar sufrió un calentamiento que ha provocó una humedad que se filtró entre las micro fisuras, y que provocaron una exudación de la pared que ha lavó la pintura. Todavía son perceptibles algunas trazas raras; pero quedan los grabados. Son numerosos y a menudo complejos, pues algunos se superponen. Esta exudación ha permitido, por el contrario, la formación de una ligera costra de calcita que ha protegido a la roca, lo que ha permitido una excelente conservación de los grabados. |