Plano de la cueva de Lascaux (Francia)
Mapa con la situación del pozo en la cueva de Lascaux (Francia)
Galería de la cueva de Lascaux (Francia)  

Cueva de Lascaux (Francia). Cabeza de toro

 

 

Lascaux. Vista panorámica Cueva de Lascaux (Francia). Galería de los toros
Lascaux (Francia)

Los grabados se hacían con instrumentos de sílex, los pigmentos se preparaban sobre paletas de piedra, usaban andamios para las zonas más altas, y el trabajo en las zonas más oscuras era posible gracias a la iluminación conseguida con unas cazoletas de piedra (o conchas de animales) que, llenas de grasa animal, y provistas de mechas hechas con líquenes secos o ramas de enebro, daban la misma luz que las velas y no hacían humo.
Los pigmentos usados en Lascaux son el óxido de manganeso, el óxido de hierro y el caolín para conseguir los colores negro, rojo, amarillo y blanco, respectivamente, lo que obligaba a desplazarse más de 20 km para su obtención. En las paletas se mezclaban el polvo de los minerales con el carbón y la arcilla rica en hierro para obtener distintos tonos de los diferentes colores.
Las pinturas de Lascaux seguramente pertenecen a las fases centrales y finales del ciclo auriñaco-perigordiense, momento en que se pasa de los dibujos de contorno punteado en rojo o amarillo a la bicromía y a los contornos en negro. Como en otras cuevas importantes, Lascaux no se inscribe dentro de un único período: fue centro de observancias rituales durante miles de años, que abarcan diferentes períodos de la prehistoria: desde la era auriñaco-perigordiense del rebaño de ciervos pequeños de la sala grande, entre dos toros gigantescos, hasta la pareja de bisontes, yuxtapuestos rabo con rabo, que ostentan todos los signos del arte magdaleniense.

Toro de la cueva de Lascaux (Francia)
Toros afrontados en Lascaux (Francia)
Caballo de la cueva de Lascaux (Francia)
Segundo caballo chino de la cueva de Lascaux (Francia)

Segundo "caballo chino" - Está en el divertículo, en la pared de la derecha. Mide 1,40 m.

Ciervo en Lascaux

Las investigaciones llevadas a cabo durante los últimos decenios permitieron situar la iconografía de manera cronológica al principio del Magdaleniense, es decir, 15000 años a.C. No obstante, ciertos indicios, tanto temáticos como gráficos, hacen pensar que algunas figuras podrían datar de una época más reciente. Esta hipótesis fue confirmada por datación con Carbono 14 (alrededor del 13500 a.C.). Prácticamente son pinturas contemporáneas de las pintadas en el techo de Altamira.