Reconstrucción del panel principal. |
La cueva del Llonín es
conocida tradicionalmente como Concha la Cova o Cueva del Quesu,
Aunque su hallazgo se remonta a 1957, cuando un grupo de queseros de
Peñamellera Alta que buscaba un lugar para fermentar sus productos se
encontró con tal tesoro del arte parietal, el descubrimiento no se
conoció hasta el mismo comienzo de la década de los setenta, tras el
abandono de la gruta para usos queseros a consecuencia de la
industrialización de todo el proceso. La excavación arqueológica ha permitido certificar la presencia humana en cinco de los seis niveles existentes. Los restos encontrados autorizan a hablar de una ocupación casi ininterrumpida desde el Musteriense hasta el Bronce. En el panel principal hay originales representaciones de renos, bisontes, ciervos, caballos, cabras y distintos signos; uno de los renos figura asociado a un caballo, uno de los cuatro casos conocidos en Europa. En octubre de 2001 se hizo público el hallazgo de nuevas pinturas rupestres, esta vez en una pequeña cámara situada a la izquierda de la principal de la cueva y denominada la Sala por los investigadores, donde aparece una serie pictórica con espléndidos bisontes heridos, que tienen objetos clavados, simbolizando. |