Venus de Savignano Venus Impúdica
Las venus inauguran en la historia de la Humanidad el uso de imágenes para entablar contacto con lo sobrenatural. Pueden fecharse en la fase gravetiense del Paleolítico, en un período en el que avanzaba el frío glaciar. La carencia de rostro y la exaltación de los atributos femeninos vincula estas estatuillas con el culto a la fertilidad. Por eso, la cabeza y las extremidades están abreviadas, para exaltar sus atributos: genitales y el pecho; así se subrayan las zonas de concepción y lactancia. Para algunos prehistoriadores, la abundancia de tejido adiposo es un convencionalismo plástico que no implica la enfermedad de la esteatopigia. Leroi-Gourhan advierte a este propósito: "investigar el retrato de la mujer paleolítica, partiendo de las venus, es lo mismo que si se quisiera hacer la antropología de la mujer francesa actual partiendo de las obras cubistas de Picasso". Sus características técnicas son muy similares; esculturas de pequeño formato, cuyo tamaño oscila entre los 5 cm y los 25 cm, confeccionadas en piedra, marfil, hueso o ámbar.  El catálogo de venus es amplio; se han localizado un centenar de pieza.
Venus de Grimaldi Venus de Lespugue
Su significado ha sido y es objeto de controversia. En todo caso, son un testimonio del importante papel de la mujer en la sociedad paleolítica. Podían ponerse en relación con la idea de santuarios femeninos, quizás los más antiguos testimonios materiales de la religiosidad humana. ¿Podrían ser, quizás, exvotos de agradecimiento o petición? También pudiera ser que tuvieran relación con determinados ritos. El pequeño tamaño de algunos ejemplares hace pensar que pudieran haber servido como amuletos garantes de la fecundidad. El hecho de que estas imágenes sagradas tuvieran relación con la fecundidad –la de las hembras y la de la tierra- es una hipótesis. Pero tampoco dice nada nuevo, pues es propio de la mujer la fecundidad. Al igual que con la pintura rupestre, el significado último se nos escapa.
Venus de Sireuil Venus del mentón
Venus de Abrid Pataud