La conocida como Cruz
de la Victoria es una cruz latina con alma de madera de roble recubierta
de oro y piedras preciosas. Tiene los brazos ensanchados en sus extremos
y un pequeño relicario en su centro de unión. Fue hecha por orfebres
procedentes del reino franco durante el reinado de Alfonso III, quien
ordenó su elaboración a principios del siglo X como donación a la
Catedral de San Salvador de Oviedo, como se indica en el reverso de la
cruz, junto con la inscripción en latín "HOC SIGNO TVETVR PIVS. HOC
SIGNO VINCITVR INMICVS" (Con este signo el piadoso es protegido. Con
este signo el enemigo es vencido). Se la llama tradicionalmente "de la
victoria" porque su alma sería la cruz de madera que el rey Pelayo
enarboló en la batalla de Covadonga, que, convertida ya en reliquia
entonces, fue enriquecida con las técnicas de la orfebrería prerrománica
por el rey Alfonso III. |