Era costumbre desde finales del siglo IV que los cónsules ofrecieran dípticos de marfil con ocasión del acceso al cargo. La parte interna servía como tabla para escribir. Sobre la cara externa se representaba la imagen del personaje, solo o en alguna acción. Las inscripciones precisaban el nombre y los títulos. Esta hoja que vemos, identificada por comparación con otras conservadas, formaba parte de un díptico ofrecido por el cónsul Areobindus en el 506. Algunos detalles están en relación con la actividad de Areobindus: las dos victorias colocadas a los lados del asiento hacen, tal vez, alusión a su actividad guerrera. |