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Tal vez en tiempos de Alfonso II se levantara en este lugar alguna edificación y así se lo atribuye a tradición. Pero la arqueología ha demostrado que lo que hoy se llama Cámara Santa de la catedral de Oviedo está fechada en la segunda mitad del siglo IX, en tiempos del rey Alfonso III. Su construcción se debe al deseo del obispo Hermenegildo (obispo a partir de 881) de Oviedo como panteón funerario. Sigue la tipología clásica de edificio funerario, es decir, se organiza en dos pisos sin comunicación entre ellos: sepulturas en el inferior y oratorio en el superior. La parte inferior, en forma de cripta que alberga el panteón, está consagrada a los santos Eulogio y Leocricia, mártires cordobeses del siglo IX traídos en tiempos de Alfonso III. En la parte superior estaba el oratorio consagrado a San Miguel. Esta parte superior funciona ya durante al propio Reino Astur como Tesoro de la catedral de San Salvador; aquí se guardaban reliquias, ofrendas y tesoros dinásticos. Los reyes de León saben que sus antepasados y en el trono están en Asturias. Cuando Alfonso VI visita en 1075 el lugar, se produce la primera apertura documentada del Arca Santa. Fue un hecho trascendente pues se procede a la restauración y ennoblecimiento de la capilla de San Miguel, como marco arquitectónico adecuado para el tesoro. Para ello se procedió a retirar el tejado de armadura de madera de la nave. Luego se instaló una bóveda románica, apoyada por el interior sobre arcos fajones, alzados sobre columnas pareadas, sobre un alto plinto, en las que se esculpieron, por parejas, las figuras de los 12 apóstoles, una de las obras maestras de la escultura románica española. Al exterior, para sostener el peso de la bóveda, se procedió, por el lado norte al suplemento de los contrafuertes primitivos, sobre los que se alzó una arquería ciega de arcos rematada con una cornisa de canecillos de alta calidad. En el interior, la iluminación del ámbito resultante se reforzó mediante la apertura de tres nuevas ventanas abocinadas al interior, una en el testero este y las otras dos en el muro lateral sur. | |
El dintel es un elemento sustentante que está formado por un único bloque sobre un vano y recibiendo el muro. Este sistema es eficaz mientras que sobre los arquitrabes no se sitúen muros altos y pesados, que producirían fuertes presiones que tendrían riesgo de rotura. Para evitar este problema, en la arquitectura asturiana se recurrió a arcos de descarga, dispuestos sobre los dinteles de puertas y ventanas. En la imagen se aprecia claramente el arco de descarga sobre el dintel de la ventanita. Gracias a la diferente coloración de la piedra, se puede apreciar el recrecido de los muros que fue necesario hacer para construir la bóveda de cañón añadida en el siglo XII para sustituir la cubrición de madera que tenía. | |
Los miembros de las clases privilegiadas de la Alta Edad Media, auténticas elites sociales, querían ser enterrados en edificios anexos a iglesias fundadas por ellos. Más tarde surge la idea de estar enterrados lo más cerca posible de algún santo (enterramientos "ad sanctos") y comienzan a hacerlo en las naves de los templos, a ser posible frente al altar. Las autoridades eclesiásticas terminaron por prohibir esta práctica. Así que para burlar esta prohibición se levantan en al interior de las iglesias, pero materialmente independientes de ellas una serie de edículos, anejos o ábsides que cumplen la misma función funeraria y que a la vez permitía seguir con el deseo de enterrarse lo más cerca posible de los cuerpos de los santos. El obispo Hermenegildo escogió como patronos de su panteón a los santos mártires cordobeses Eulogio y Leocricia, sepultando sus restos en una teca (caja marmórea para recoger huesos), situada tras el altar de la mencionada cripta. En la imagen de la izquierda aspecto que tendría la Cámara Santa con la torre de San Miguel detrás. Arriba, en la imagen de la derecha, debajo de la línea roja, el panteón (capilla de Santa Leocadia hoy); en la parte superior el oratorio del obispo Hermenegildo (capilla de San Miguel hoy); en amarillo, el ábside de dicha capilla (Cámara Santa hoy) | |
Arriba, reconstrucción ideal de la Cámara Santa. Todavía no tenía los arcos ciegos que se harán en el XII. Abajo, planta de dicha capilla con la torre defensiva construida por Alfonso III en el último cuarto del siglo IX. Desde esta torre se accedía por una escalera a la capilla de San Miguel. | |
Se llama cripta a las dependencias situadas en la planta baja abovedadas de ciertos edificios de culto, como es la Cámara Santa, o en principio, civiles, como Santa María de Naranco. Los Modelos se encuentran en los edificios funerarios de dos plantas de las familias acaudaladas romanas, situados extramuros de las ciudades, en los que la cripta se destina a los usos funerarios, mientras que en la planta superior se coloca el oratorio. En los edificios de la Alta Edad Media del Reino de Asturias, las criptas existentes no son de tipología subterránea. En la imagen inferior, reconstrucción de la cripta de Santa Leocadia, y más abajo, imagen actual. | |
La cripta inferior, llamada de Santa Leocadia, está dividida en dos espacios por una barrera de dos canceles que separan la nave del altar. Presenta el techo abovedado con bóveda de cañón, construida en ladrillo, que se levanta directamente desde el suelo sobre un banco corrido. Bajo la mesa del altar, situada en el centro del santuario, se encuentra la tumba con los restos y reliquias de Santa Leocadia, a los que se añadirían, en tiempos de Alfonso III, los restos del mártir Eulogio y Leocricia traídos desde Córdoba. Hoy . | |
En cada costado se abren dos ventanas de gran derrame y una puerta adintelada al exterior. Hay cinco enterramientos en esta cripta. Cuatro tienen una lauda encima y otro y sarcófago. En la nave central hay tres (las que vemos). Las dos de la izquierda, profusamente decoradas, son anteriores al año 883; ambas son de fecha original de la fundación de la capilla. La de la derecha no tiene lápida encima. n la parte posterior de la capilla se encuentra la lauda del obispo Froilán (siglo IX) y un sarcófago del siglo XI o XII. | |
La planta superior de la Cámara Santa, dedicada a San Miguel, consta de una nave y un ábside, como era entonces habitual en este tipo de edificios. Queda muy poco de la nave original. Sabemos que era de mayor altura que el ábside y estaba cubierta por techumbre plana de madera. Sin embargo se conserva el ábside original y su arco triunfal, sostenido sobre semicolumnas adosadas a una pilastra, con capiteles de influencia bizantina quizá de época anterior reutilizados. Este arco da origen a la bóveda de cañón en ladrillo que cubre la cabecera partiendo de una imposta corrida a lo largo de los muros laterales. En el fondo existe una ventana enmarcada por columnas entregas y capiteles con decoración del mismo tipo. La nave fue modificada en el siglo XII; se incrementó la altura de la nave y se sustituyó la cubrición plana original por una bóveda de cañón, soportada por arcos fajones apoyados en seis columnas dobles, decoradas con los Apóstoles. Por desgracia, como otros muchos monumentos prerrománicos, fue objeto de la barbarie desatada en Asturias en 1934, en la que sufrió graves desperfectos, siendo reconstruida entre 1938 y 1942. |
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Una posible imagen de Oviedo hacia el siglo XII. Se puede ver el palacio del rey (D) con la Cámara Santa (A) apoyada en la torre de San Miguel (B). A su lado, la cabecera de la primitiva Iglesia de San Salvador (a partir del XII se levantaría la actual catedral gótica) de tres cuerpos con su ventana trífora tan característica del prerrománico asturiano. Fue levantada en tiempos del rey Fruela I. A su lado, más pequeña, la Iglesia de Santa María, que hoy es Panteón Real, y que actualmente está integrada en la catedral. Las murallas serían las levantadas en tiempos del Alfonso III. | |
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