La fachada principal, terminada en una espadaña, tiene una estructura muy completa: en su parte central, entre dos contrafuertes que marcan la separación de las tres naves, se abre la puerta de entrada al pórtico, en arco de medio punto de gran tamaño, con dovelas de piedra bien talladas sobre columnas y capiteles, y sobre ella una gran ventana, muy semejante a la de la cámara de la cabecera aunque de tamaño algo mayor, en la que se apoya un sillar decorado con una gran cruz triunfal asturiana. En cada una de las naves laterales se abre a bastante altura una estrecha ventana y en el lateral del pórtico una gran ventana con celosía.

Sobre la construcción pesa una fuerte influencia mozárabe que se aprecia en las almenas de tipo cordobés en la cubierta, sobre la la línea de corte del tejado a dos aguas, los alfices, las tracerías de las celosías y los arcos de herradura realizados de una sola pieza. Adosado a su lado sur, y de construcción inmediatamente posterior a la de la iglesia, existe un pequeño pórtico que se comenta más abajo. Esta construido con sillería de buena factura.

El muro está construido con sillarejo. El sillar se reserva para parte de la la fachada, el ábside central y las esquinas (en donde se coloca a soga y tizón). En la ventana de la derecha se aprecia el uso del ladrillo de inspiración romana; es original (ver detalle más abajo). El arco de la ventana izquierda está reconstruido.
La presencia de arcos de herradura poco pronunciada, de origen visigodo, con alfiz, y su decoración, así como la de las celosías, demuestra la influencia de las nuevas tendencias aportadas por los cristianos que están emigrando desde Al Andalus al reino asturiano. En la imagen inferior, detalle de la ventada que da luz al interior del ábside central.
Ventanal de acceso al compartimento superior. No se puede acceder desde el interior de la iglesia. La gran ventana está enmarcada por un alfiz y formada por dos arcos de herradura sobre columnas y capiteles.
En la imagen superior, decoración de la fachada con la cruz triunfal usada en otros monumentos asturianos. En la imagen inferior capitel derecho de la puerta principal, al oeste.
La decoración esculpida en la cabecera está formada por capiteles cúbicos de indudable estilo asturiano sobre columnas posiblemente reutilizadas. En las ventanas, en el arco del ábside y en alguno formero, aparece el arco de herradura no muy pronunciada de tipo visigodo. En la parte inferior, detalle del capitel derecho del ábside central.
Ábside lateral izquierdo con planta cuadrada en el interior y exterior. Los capiteles son tardorromanos reutilizados, y posiblemente los fustes. En la imagen inferior, detalle del capitel izquierdo de este ábside.
Las tres naves, la central de 8,80 de altura, y las laterales de 5,50 m, están cubiertas por bóvedas de cañón continuo, sin utilizar arcos fajones, aunque se mantienen los contrafuertes al exterior. Están  construidas con piedra de toba como, como en san Miguel de Lillo. Presenta restos de pintura. (Abajo, en detalle).
Este pórtico adosado a la iglesia muestra de nuevo la influencia mozárabe en la obra. Se trata de una pequeña nave de 8m de largo por 1,60 de ancho, que está cubierta por bóveda de cañón sobre arcos perpiaños soportados sobre capiteles y columnas adosadas en el muro interior y sobre ménsulas con forma de capitel sobre el exterior. Toda la decoración, incluidas las celosías de sus grandes ventanas, ha sido esculpida por algún maestro procedente del sur. No se conoce cual era el objetivo de este pórtico, pero es algo totalmente nuevo en el arte asturiano. Pero este tipo de pórticos se extenderá a través construcciones inmediatamente posteriores del propio arte asturiano y del mozárabe a todo el románico castellano. En las imágenes inferiores, detalles de dos capiteles del pórtico.
La planta es de tipo basilical de tres naves, con la central más ancha, constituidas por cuatro tramos de arcos de medio punto. Cada nave remata en su cabecera con una capilla absidial rectangular en el interior y en el exterior. No tiene transepto, aunque haya dos dependencias anejas, una a cada uno de sus lados, que puedan dar otra impresión. A los pies de la nave central se dispone un nártex o vestíbulo al que se han adosado dos estancias en correspondencia con las dos naves laterales. Sobre el conjunto monta una tribuna a la que se accede por una escalera interior.
Aunque no hay seguridad sobre la fecha de construcción de esta iglesia, no hay duda de que la consagración del edificio fue durante el reinado de Alfonso III.  Así quedó gravada en una lápida de mármol en la que se afirma que sucedió “SUB ERA DCCCCXXX”, esto es, en el año 930 de la era augusta, equivalente al año 892 de nuestra era cristiana. De la solemnidad del acto da prueba el hecho de que asistieran, según esa misma inscripción lapidaria, los obispos Rosendo I de Mondoñedo, Nausto de Coimbra, Sisenando de Iria, Ranulfo de Astorga, Argimiro de Lamego, Recaredo de Lugo y Eleca de Zaragoza.