Las tres naves que conforman el cuerpo principal del templo quedan divididas mediante arcos de ligera herradura que, en número de cuatro a cada lado, descansan sobre columnas cilíndricas de mármol reaprovechadas de construcciones romanas del entorno desaparecidas. Como elementos decorativos hay que señalar los ocho capiteles de tipo corintio degenerado. El primero de la izquierda, junto al ábside, es claramente de origen romano y en el se aprecia el trepanado. Los otros siete son copias más o menos afortunadas del mismo de época visigoda. Se puede apreciar claramente en alguno de ellos la típica talla a dos planos que caracteriza a sus escultores.

Llama poderosamente la atención el capitel más próximo a la cabecera (arriba) hacia el lado norte; un capitel tardorromano de la más pura tradición corintia y que, probablemente, fue reaprovechado del templo de Esculapio del que constan referencias.
Tanto el capitel de arriba como el de abajo son ya claramente visigodos.