Situación del barrio y de la iglesia

La iglesia del Espíritu Santo está situada en Oltrarno, un barrio de Florencia que se encuentra a la orilla izquierda del río Arno. Forma parte del Centro Histórico de Florencia, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1982, incluyendo distritos célebres. En Oltrarno hay monumentos, jardines, museos y edificios únicos en el mundo, como el palacio Pitti, la basílica del Santo Espíritu o los jardines Bóboli. La construcción de dos nuevos puentes a partir del siglo XIII evidencia que esta zona contaba con muchos habitantes. En ella vivían sobre todo obreros y artesanos. Con el tiempo, la zona se convirtió en una vía alternativa para los peregrinos que iban a Roma, de modo que surgieron así numerosos albergues y alojamientos desde el Ponte Vecchio a la actual Porta Romana. Un cambio drástico se dio a finales del siglo XV cuando las familias ricas florentinas empezaron a considerar esta zona como un espacio donde construir sus palacios y monumentales residencias. Entre los nuevos residentes estaba la familia PItti. Al llegar la familia Médicis en 1550 la zona se hizo casi obligatoria para la nueva nobleza de la ciudad.
Abajo, detalle aéreo de la Iglesia y claustro del Espíritu Santo.
La actual iglesia fue construida sobre las ruinas de un convento agustino del siglo XIII  que en 1371 fue destruido por un incendio. Brunelleschi comenzó los diseños del nuevo edificio a principios de 1444. Después de su muerte en 1446, el trabajo fue continuado por sus seguidores. A diferencia de la iglesia de san Lorenzo, donde las ideas de Brunelleschi fueron frustradas, aquí se llevaron a cabo con cierto grado de fidelidad, al menos en el plano del piso y sobre el nivel de las arcadas. Como se aprecia en la imagen de la planta, el plano de cruz latina está diseñada para maximizar la legibilidad de la cuadrícula. El contraste entre la nave y el transepto, que causó tantas dificultades en san Lorenzo, aquí fue evitada. Los lados de la capilla, en forma de nichos del mismo tamaño (cuarenta en total), corren a lo largo de todo el perímetro.
Planta y estructura
La maqueta que realizó Brunelleschi no se conserva, pero a través de algunas descripciones de Manetti, sobre todo a través de críticas a las remodelaciones posteriores, se ha podido establecer un esbozo de cómo sería el proyecto original de Brunelleschi.
Diseño una iglesia de planta basilical en forma de cruz latina compuesta por un cuerpo central, un transepto y un presbiterio cuadrado.  El cuerpo central está constituido por tres naves, una principal y dos laterales. Las naves laterales tienen capillas semicirculares adosadas a los lados. El transepto forma un eje perpendicular al cuerpo central. Está rodeado por unas naves laterales que serían la continuación de sus homónimas en el cuero central. De este modo se forma una galería cubierta abovedada que rodea todo el espacio, incluyendo ábside y entrada. Lo mismo ocurre con las capillas laterales, que a excepción de la entrada, rodearían todo el cuerpo de la iglesia. La planta se configura a partir del cuadrado del crucero, igual que ocurría en san
Lorenzo. El transepto está formado por el cuadrado del crucero al que se le añaden dos cuadrados idénticos a los lados. El ábside es de las mismas dimensiones que el cuadrado del crucero.
El empleo de la perspectiva mediante la geometría y las líneas abstractas que forman los elementos arquitectónicos se puede observar en diferentes lugares de la iglesia. Desde la entrada las líneas convergen en un punto de fuga situado en el presbiterio y
que se marca con la columna central que allí se sitúa. Basándose en la maqueta de Brunelleschi, este efecto de perspectiva se repetiría situándonos en el presbiterio de cara a la entrada. El punto de fuga también estaría marcado por una columna central. Debido a las modificaciones que sufrió la zona de la fachada, el punto  de fuga no se puede situar en una columna porque nunca se llego a construir la galería donde estaría situada.
Exterior
Exteriormente es donde más notables son los cambios con respecto al proyecto inicial. Brunelleschi pretendía que los absidiolos fuesen visibles exteriormente con contrafuertes intercalados que ascendían hasta la nave central. Sin embargo, los continuadores de la obra apostaron por recubrir el exterior con un muro recto continuo y prescindir de los contrafuertes. Esto se debe a que Brunelleschi murió apenas comenzada la obra y únicamente dejó la maqueta del proyecto sin las indicaciones necesarias para llevarla a cabo.