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Era un púlpito
para el órgano encargado en 1431 a Luca della Robbia, por entonces
un desconocido. Se situó sobre la puerta de la
sacristía norte de la Catedral, frente a la realizada poco después por
Donatello situada sobre la puerta de la Sacristía Sur. Ambas fueron
desmontadas en 1688. La parte superior se asemeja a
los diseños de los sarcófagos romanos, compartimentando las escenas en
molduras rectangulares que se separan mediante dobles pilastras con
capiteles compuestos. Hay cuatro molduras frontales y dos
laterales, una a cada lado del cuerpo superior, que
sobresale apoyado en ménsulas clásicas con decoración vegetal que a su
vez sirven de separación a otras cuatro escenas situadas en un plano
más profundo.Tanto la cantoría de Luca della Robbia como la de Donatello
fueron desmontadas en 1688 de su ubicación original en la puerta de la
sacristía norte de la catedral florentina, llamada "Puerta Nueva", y
sustituida por un púlpito, con motivo de la celebración de la boda de
Fernando de Médicis con Violante Beatriz de Baviera. La cantoría de Luca
fue de nuevo reconstruida con grandes problemas en 1883, aunque durante
unas obras de restauración fue de nuevo desmontada y trasladada al Museo
de la catedral. Esto nos permite apreciar hoy las similitudes y diferencias entre
ambas cantorías con gran exactitud porque
ambas obras originales, realizadas en mármol, están, una junto a otra, en una
de las salas del Museo dell'Opera del Duomo de Florencia. |
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La iconografía de la cantoría gira en torno a la interpretación musical del
salmo 150, un canto de
alabanza a Dios llevado a cabo por niños y adolescentes. Laudate Dominum,
así comienza el texto, y continúa a lo largo de una inscripción con caracteres romanos
que recorre los frisos colocados a tres alturas en los remates de la cantoría. En conjunto presentan escenas idílicas con niños y
adolescentes de ambos sexos, con figuras inspiradas en algunos modelos
de musas, sarcófagos e incluso monedas griegas. |
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Estos dos relieves de
cantores adolescentes están colocados en los laterales de la tribuna. En
el de la izquierda vemos a adolescentes de distintas edades cantando. El
artista ha establecido con gran habilidad una jerarquización de cabezas
para que todos puedan leer las notas. En su indumentaria se fusionan
rasgos inspirados en los relieves romanos con otros tomados de de la
época en que se esculpe el relieve.
El de la derecha esculpe un grupo de cinco jóvenes interpretando una partitura
escrita en un pergamino que sujetan dos de ellos entrelazados con su
manos por los hombros mientras descansan en la posición clásica de contraposto.
Además de por sus valores plásticos, estos dos relieves sorprenden por el
estudio de comportamiento y la rigurosidad académica de sus anatomías,
de modo que se ha llegado a afirmar que, por la forma de abrir la boca
los cantores se podría recomponer la
polifonía sonora que producen sus cuerdas vocales, un ejercicio
insuperable de representación verosímil. |
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En estos dos relieves
(los dos centrales de la parte superior) aparecen cantando y tañendo instrumentos de cuerda grupos de niñas.
Se aprecia la
fusión de la indumentaria clásica con la indumentaria del momento, pues
mientras que en el de la izquierda las jóvenes que cantan y tocan el
salterio visten túnicas de tejidos livianos inspirados en las musas
clásicas, el de la derecha muestra jóvenes tañendo cítaras con una casta
indumentaria del siglo XV, en las que se resalta el volumen a través del
estudiado juego de drapeados, recurso en el que della Robbia fue
un gran maestro. En ambos relieves se incluyen en la parte inferior
figuras de niños desnudos inspirados en los amorcillos clásicos. De modo
que, junto a figuras inspiradas en modelos antiguos, aparecen otras
basadas en la observación de la realidad. |
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Tres adolescentes, colocados de perfil,
tocan las trompetas. Están
caracterizados con trajes contemporáneos, con túnicas cortas ajustadas a
la cintura. A su lado otros tres tocan flautas, mientras en primer plano
ejecuta una danza un grupo de cuatro niñas vestidas a la manera clásica,
con "peplos" que recuerdan la técnica griega de los paños mojados para
dejar adivinar las anatomías. |
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Un grupo de cinco adolescentes tocan el tambor y una flauta mientras que
dos niños ejecutan una frenética danza y otros dos tapan sus oídos ante
el estruendo. El movimiento de las figuras se acentúa en función del
tema, ofreciendo una agitación emparentada con los relieves de algunos
relieves y sarcófagos romanos que muestran batallas históricas o
mitológicas. |
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Con gran habilidad el artista incluye en el relieve siete niños
danzando en corro unidos por las manos. La profundidad de
la escena, quizás un juego infantil, está conseguida a través del
contraste volumétrico de las figuras del primer plano, muy próximas al
bulto redondo, y el escaso grosor de las figuras del fondo, de modo que
delimitan un espacio circular perfectamente perceptible. La danza se
acentúa con la colocación de los pies y la alegría de los rostros, y con
las cabezas orientadas en todas las direcciones. |
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Vemos niños tocando un laúd y un arpa, pero el
protagonismo lo adquiere el niño que aparece sentado tocando las teclas
de un órgano portátil al tiempo que activa el fuelle con la mano
izquierda. La cadenciosa
melodía, remarcada por la serenidad de las posturas, es escuchada por
cinco niños cuyas cabezas están colocadas en todos los sentidos, de
perfil, de frente y de tres cuartos. De forma magistral las figuras
llenan el espacio permitiendo captar la actividad y las reacciones de
cada uno de ellos. |
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Los dos relieves inferiores situados a la derecha, en correspondencia al
de la parte superior, están dedicados a la percusión, uno de ellos con
niños tocando panderos con sonajas y el otro con seis niños que hacen
sonar platillos con gran algarabía, al tiempo que sonríen convirtiendo
su participación en un juego, llegando a conformar una intencionada
escena que recuerda una fiesta dionisiaca de la antigüedad en la que
prima lo lúdico y lo festivo. |
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Esta
escena está dominada por el querubín con guirnalda en el centro,
estrictamente frontal, alrededor de la cual están dispuestos en
semicírculo los otros ángeles (aquí se pueden ver también las alas). |
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