La Escuela de san Juan evangelista nace el año 1261. Consigue permiso para tener oficios propios en la iglesia. En 1369 recibe por parte de Felipe de Meziéres, gran canciller del rey de Chipre, una reliquia de la santa Cruz. Este hecho acrecienta la importancia de la Escuela y en el siglo XV adquiere más edificios para tener una sede más en consonancia con su nueva estructura. Para la reliquia se hace un precioso relicario gótico, de cristal de roca y plata dorada.  Dos ciclos pictóricos fueron pedidos en 1420 a Jacopo Bellini. En la segunda mitad del XV se encarga parte de la realización a  su hijo Gentil, que pinta estos dos cuadros.
Óleo sobre lienzo. Galería de la Academia de Venecia. Gentile Bellini será el pintor de la ciudad de Venecia en su plenitud, con sus procesiones y ceremonias. El Milagro de la Cruz es posiblemente su obra más famosa; encargada por la Escuela de San Juan Evangelista, formaba parte de una serie dedicaba a la exaltación de una reliquia de la Sagrada Cruz que guardaba la cofradía. Gentile Bellini presenta el momento del hallazgo recogiendo los monjes la reliquia caída en un canal; el tema se convierte en elemento secundario de la composición, interesando más la ambientación arquitectónica y la descripción de los personajes, introduciendo al espectador en el ambiente veneciano del Quattrocento. La iluminación empleada es una característica fundamental ya que servirá de precedente a la generación siguiente encabezada por Tiziano. Con este tipo de representaciones se puede comparar a Gentile Bellini con Ghirlandaio a la hora de abandonar la temática para centrarse en el anecdotismo, otorgando un sentido más profano a las composiciones sacras.