El personaje aquí
representado es uno de los miembros de la poderosa familia Médici;
Giuliano era el hermano menor de Lorenzo el Magnífico, quien tenía en
sus manos el poder de la ciudad en aquellos momentos. Giuliano fue
asesinado en una conjura para eliminar del poder a los Médici por parte
de la familia Pazzi. La figura se presenta de tres cuartos, casi
de perfil, recortada su cabeza sobre una ventana en la que no existe
referencia espacial. Su ropaje rojizo contrasta con la palidez del
rostro, destacando el abatido gesto y la seguridad de la línea con que
Botticelli ejecuta la figura. Hay
que señalar que
Botticelli pintó a
Giuliano ante una
puerta abierta que, en
el muy complejo
simbolismo humanista
florentino de la época,
es el símbolo de la muerte,
el paso de la vida en
la tierra al más allá.
Se cree, y esto aumenta
el interés del retrato,
que Lorenzo lo encargó
inmediatamente después del
asesinato de su hermano Giuliano. |