Profetas y Sibilas sentados en tronos monumentales se alternan en los lados largos, mientras que en los cortos, sobresalen las figuras de Zacarías y, sobre el altar, Jonás, a quien toca la posición prominente, en calidad de prefiguración de Cristo. Los Videntes están identificados por una inscripción en la placa de abajo y son los primeros que intuyeron la venida del Redentor. Por lo tanto, Profetas y Sibilas testimonian la constante espera de la Redención por parte de la humanidad: en efecto, los primeros anticiparon la venida de Cristo para el pueblo de Israel; las segundas, aun perteneciendo al mundo pagano, se hallan aquí representadas por sus dotes de adivinas, tratando de ampliar, en este sentido, la espera de la Redención desde el pueblo elegido a toda la humanidad.