"Dijo, pues, Dios a Noé: "He decidido acabar con toda carne, porque la tierra está llena de violencias por culpa de ellos. Por eso, he aquí que voy a exterminarlos de la tierra. Hazte una arca de maderas resinosas.... Porque dentro de siete días haré llover sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y exterminaré de sobre la haz del suelo todos los seres que hice". (Génesis 7,4)... A la semana, las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra".

Miguel Ángel representa el episodio del Diluvio Universal con extremo carácter dramático: en primer plano se ve una altura a la que se dirige una multitud, encorvada debido al peso de sus haberes personales o al de sus familiares, iludiéndose de este modo, de salvarse frente al castigo de Dios, mientras que en la parte opuesta, otros se amontonan en un islote, alargando las manos para dar socorro a los que aún se hallan en peligro. En el centro se ve una barca a punto de hundirse, mientras que en el fondo, se halla el arca en la que, según los deseos de Dios, hallarán la salvación Noé, sus familiares y parejas de animales.