Muchos críticos han hablado de esta obra como una simple copia de la realizada por su maestro Il Perugino (imagen superior), llamada de igual manera y encargada en el año 1499 para la Capilla del Santo Anello de la Catedral de Perusa. Es cierto que Rafael ha tomado como modelo dicho lienzo, al igual que observamos reminiscencias urbinesas, sobre todo a la hora del trabajo perspectívico dentro de la línea albertiana. Pero aparte de estas semejanzas formales, no podemos hablar de dos obras iguales, sino todo lo contrario. Basta contemplar las diferencias.