Para la nobleza
realiza ardientes "poesías": pinturas de bacanales y fábulas
mitológicas, en las que recrea a Venus, Diana y Dánae, con fuerte dosis
de erotismo. A propósito de la iconografía de Dánae y de las diferencias
entre el dibujo florentino y el colorido veneciano, Vasari nos transmite
una preciosa anécdota que tuvo lugar en el Vaticano durante la visita
que realizó Tiziano a Roma en 1546: "Un día en que Miguel Ángel y
Vasari fueron a ver a Tiziano del Belvedere (donde se alojaba), vieron
un cuadro que había hecho de una mujer desnuda representando a Dánae,
que tenía en su regazo a Júpiter en forma de lluvia de oro, y se la
alabaron mucho, como se suele hacer en presencia del autor. Después,
cuando se hubieron alejado, hablando del estilo del Tiziano, Buonarroti
lo alabó bastante diciendo que le agradaba mucho su colorido y su
estilo, pero que era un pecado que en Venecia no se aprendieses desde el
principio a dibujar bien y que los pintores no tuvieran estudios más
firmes". Abajo, dos copias más del mismo tema. |