Vitrubio dice de este estilo de pintura: "Ahora sólo se pintan monstruos extravagantes. Se han reemplazado las columnas [...] por candelabros que llevan pequeños templetes, de los que, como si fueran raíces, se elevan cantidades de ramas delicadas, en las que están sentadas las figuras; en otros sitios, estas ramas terminan en flores de las que surgen medias figuras, unas con rostro de hombre y las otras con cabeza de animal, cosas todas estas que no existen, que no pueden ser y que no han existido nunca. Pues bien, a pesar de la evidente falsedad de estas composiciones, todo el mundo se complace en ellas, sin preocuparse de si son o no posibles, porque su sensibilidad está poco capacitada para conocer lo que merece aprobación en las obras". Paradójicamente, este estilo será el que descubran los pintores italianos del Quattrocento y, bajo el nombre de "grutesco" se convertirá en santo y seña del Renacimiento y del Manierismo. |