"Una familia bien definida de iglesias ha sido relacionada directamente con los caminos de peregrinación y principalmente con el de Compostela. Comprende, además de la catedral del apóstol, cuatro edificios situados en uno de los itinerarios descritos por la Guía del peregrino de Santiago de Compostela. Todos eran construcciones importantes: Saint-Martin de Tours en la Via Turonensis, que continuaba por Poitiers, Saintes y Burdeos; Saint Martial de Limoges en la Via Limosina, que viniendo de Vézelay pasaba por Périgueux y La Réole atravesando el Garona; Sainte-Foy de Conques en el camino de Le Puy o Via Podensis, cuyas principales etapas eran además Cahors y Moissac; y, por último, Saint-Sernin de Toulouse en la más meridional de las rutas, la Via Tolosana, que pasaba por Saint-Guilhem-le-Désert y atravesaba los Pirineos por Somport, mientras que los tres caminos anteriores lo hacían por el paso de Roncesvalles. Entre estas iglesias las hay colegiatas (Saint-Martin de Tours y Saint-Sernin de Toulouse), abaciales benedictinas (Saint-Martial de Limoges y Sainte-Foy de Conques) y hasta una catedral (Santiago de Compostela)" (Durliat, M.)
Las iglesias de peregrinación se caracterizan por tres elementos básicos: una larga nave, con laterales y bóvedas de cañón, que los arcos fajones dividen en tramos, un transepto prominente y un testero (cabecera) desarrollado.
La bóveda de la nave central está apuntalada por bóvedas en cuarto de círculo que cubren las tribunas, es decir, las naves colaterales se dividen en dos pisos: en la planta baja, las naves laterales con bóvedas de arista, y encima galerías que reciben la luz por ventanas, y que dan a la nave central por vanos, divididos en dos por columnas acopladas y encuadradas por un arco de descarga. La nave central recibe, pues, iluminación indirecta de las ventanas de las naves laterales y de las galerías.
El transepto o crucero está tratado como una verdadera iglesia; tiene una nave central rodeada de colaterales que soportan galerías. Recibe, pues la luz indirecta de las tribunas y de los colaterales. En cada brazo del crucero se abren dos absidiolas semicirculares encuadradas por tramos iluminados directamente por ventanas. Dos grandes portadas llenas de esculturas acogían a los peregrinos: en Saint-Sernin, la Puerta Real al norte y la Puerta de los Condes al sur.
El testero se compone de un presbiterio entre dos colaterales con bóvedas de arista que sostienen galerías, así como de un ábside rodeado por una girola o deambulatorio, en el que alternan tramos muy iluminados y capillas, en número de cinco.
"Esta distribución se adaptaba bien a la función de las iglesias de peregrinación, destinada a acoger en algunos momentos una afluencia considerable de fieles. Los colaterales continuos y prolongados por la girola proporcionaban, a lo largo del contorno de la iglesia, una comunicación que facilitaba la devoción a las reliquias, el acceso a los altares y las salidas.
Además, permitía aislar al coro, donde la comunidad monástica o de canónigos que cuidaba de las reliquias podía rezar el oficio divino con toda tranquilidad. El aumento del volumen interior del transepto permitía la reunión de los fieles alrededor del coro reservado a los clérigos, al tiempo que las grandes galerías podían, en caso de necesidad, acoger una parte de los peregrinos. Por último, en el plano arquitectónico se había encontrado una solución acertada al problema planteado por el equilibrio de la bóveda de la nave central."
(Durliat, M.)
La ciudad de Tolosa, capital del Languedoc, fue una de los centros más relevantes del llamado "Camino de Santiago", y por ello su iglesia de Saint Sernin puede considerarse uno de los paradigmas de la típica iglesia de peregrinación. Iniciada hacia el 1075, es rigurosamente coetánea de Santiago de Compostela, y está considerada por su estructura como la obra maestra del románico francés. Construida con ladrillo, ya que la región de Tolosa es pobre en piedra para la construcción, reserva la piedra para aquellos lugares que tenían que recibir decoración escultórica (puertas, ventanales, molduras). Su estructura responde a la de planta de cruz latina, con un transepto prominente y una cabecera rematada con un ábside principal y pequeños absidiolos con sus respectivos altares. La torre situada sobre el crucero fue terminada en fase gótica.
El exterior está rimado por contrafuertes que delimitan las unidades llamadas intercolumnios, cada uno de los cuales tiene su propia abertura, en forma de ventana. El interior, de cinco naves, está en correspondencia con el exterior, ya que también está dividido en intercolumnios, proporcionalmente relacionados entre sí. Las galerías, típicas y necesarias en las iglesias de peregrinación para absorber a los fieles y, a la vez, distribuirlos y agruparlos con claras finalidades higiénicas, están cubiertas con bóvedas de medio cañón que contrarrestan el impulso de la bóveda de cañón de la nave central. Las naves laterales y la girola están cubiertas con bóveda de arista: cada intercolumnio constituye, de esta manera, un tramo perfectamente definido. El tramo que se utiliza como módulo en la planta de Saint Sernin es el del intercolumnio del crucero: cada intercolumnio de la nave tiene la mitad del tamaño del intercolumnio del crucero; los de las naves laterales, la cuarta parte. De esta forma, la nave central tiene doble anchura que las laterales. La primera de cada una de las naves laterales se prolonga hacia el ábside formando un pasadizo por detrás del presbiterio, llamado girola, que tenía la función básica de permitir el desfile de los peregrinos ante las reliquias de los santos, mientras que en la nave central podían seguir con los oficios litúrgicos.