Entre Estella y Viana se encuentra esta localidad navarra, en la que se erige hacia 1200 la iglesia del Santo Sepulcro, una de las construcciones más exquisitas, armónicas y con mayor personalidad de todo el Camino de Santiago. De planta octogonal, posee una única puerta de medio punto en su lado sur, un ábside semicircular en el lado oriental y una torre husillo en el occidental. Este último elemento da comunicación a la cubierta, en cuyo centro se encuentra una linterna. En dicha estructura un fanal alumbraría durante la noche, lo que, junto a su planta centralizada y advocación, confirma el carácter funerario de este templo.