Este excepcional conjunto pictórico se
ha considerado como la capilla Sixtina del arte románico.
El Panteón de los Reyes de León es una construcción situada a los pies
(y en un plano inferior) de la actual basílica de San Isidoro de León.
Anteriormente constituyó el nártex de un templo más antiguo, lo que
explica su planta cuadrangular, de unos ocho metros de lado. Este
espacio queda compartimentado por dos grandes columnas exentas,
resultando así una división en tres naves con un total de seis bóvedas
de aristas. Tanto la parte superior de los muros que queda por encima de
la línea de impostas como la superficie completa de las bóvedas
(incluyendo el intradós de los arcos) fueron decoradas, en una fecha
imprecisa entre los años 1124 y 1170, con pinturas al fresco realizadas
al temple sobre estuco de color blanco, complementadas además con textos
alusivos a los temas representados. |
Participan estos frescos de las características generales de la pintura
románica. Desconocemos quién o
quienes pudieron ser sus autores. Durante mucho tiempo se atribuyeron
estas pinturas a artistas llegados de Francia a través de las vías de
peregrinación, de modo que sus obras mostrarían algunas diferencias
con sus contemporáneas de la zona catalana (efectuadas por autores de
influencia italiana y, por tanto, bizantina). Sin embargo, se apunta
también la posibilidad de que estos frescos pudieron haber sido
realizados por artistas procedentes de un taller local, leonés, dadas
algunas similitudes con la miniatura de la misma época realizada en el
reino de León. |