A la izquierda, dibujo, realizado el 6 de junio de 1884 por Maurice Koechlin, es el primer boceto de la torre de 300 metros, que más tarde se convirtió en la Torre Eiffel. A la derecha, imagen de la actualidad.
La torre Eiffel es una estructura de hierro pudelado diseñada por el ingeniero francés Gustave Eiffel (ingeniero y especialista en estructuras metálicas) y sus colaboradores, trabajando en equipo El uso de los nuevos materiales arquitectónicos (hierro, acero, hormigón, vidrio) que la Revolución industrial había traído, se difundió a través de las Exposiciones Universales. Estas exposiciones eran acontecimientos que organizaban los distintos estados para mostrar los avances de la ciencia y la técnica propios de su país. Pero para albergar las máquinas y los nuevos inventos se requerían pabellones de grandes dimensiones, por lo que se construyeron con los medios técnicos más avanzados y buscando la máxima funcionalidad. En principio debían ser realizadas para poder ser desmontadas al terminar la exposición y ser reutilizados los materiales. Es así como las exposiciones Universales ofrecen los mejores exponentes de la arquitectura del hierro. La primera exposición universal [Great Exhibition of the Works of Industry of All Nations] tuvo lugar en Londres en 1851. El edificio, primero en ser construido enteramente con hierro y vidrio, fue el Crystal Palace, una gran nave preparada para acoger esa primera Exposición, que fue proyectado por Joseph Paxton, quien había aprendido el empleo de estos materiales en la construcción de invernaderos. Este edificio fue el precursor de la arquitectura prefabricada, y con él se demostró la posibilidad de hacer edificios bellos en hierro. Pero los gobernantes se dieron cuenta de que detrás de la apuesta tecnológica había un escaparte político que debería ser aprovechado. Demostrando su destreza industrial, el país anfitrión mostraba su adelanto y superioridad sobre otras potencias europeas. Bajo esta visión, Francia acoge repetidas veces la Exposición Universal (años 1855, 1867 y 1878). Jules Ferry, presidente del Consejo de ministros francés de 1883 a 1885, decide revivir la idea de celebrar una nueva exposición universal en Francia para 1889. El año escogido no fue al azar, porque simboliza el centenario de la Revolución francesa. París se convertiría así una vez más el «centro del mundo». De la exposición sólo se ha conservado la torre, levantada por Eiffel, el resto fue desmontado con facilidad por ser de elementos metálicos. La torre fue la gran novedad. Está enteramente prefabricada. Se calculó con tal precisión que los ajustes no representaron ningún problema. Los 304 metros de altura indican el futuro camino en vertical de la arquitectura. Es un orgulloso monumento a la técnica y lo hace previendo las dilataciones térmicas y los empujes del viento. Es una torre símbolo. Ella sola, incardinada en su momento, puede hacernos comprender el consciente papel de Francia en la Europa del XIX. Puede considerarse el primer monumento moderno. Las pruebas de transmisión radiofónica efectuadas por la armada francesa antes de la fecha fatídica para su demolición, salvaron finalmente la torre. Su base está formada por cuatro arcos gigantes que descansan sobre cuatro pilares situados en los vértices de un rectángulo apoyados en enormes zócalos de hormigón. A medida que la torre se eleva, los pilares se giran hacia el interior hasta unirse en un solo elemento articulado. Tuvo mucha oposición para su construcción. En febrero de 1887 cerca de trescientos artistas (escritores, pintores, compositores, arquitectos, etc.), algunos muy conocidos, unen sus fuerzas para denunciar “la inútil y monstruosa Torre Eiffel” en la hoy célebre carta abierta Protesta de los artistas contra la torre del Sr. Eiffel.

Vista exterior de la Exposición Universal de Paría para la que fue levantada

Esta torre fue construida para la Exposición Universal en conmemoración del centenario de la Revolución Francesa. La torre con la bandera flambeando en la cumbre fue inaugurada el 31 de Marzo de 1889. A pesar de la fuertes protestas y de las críticas severas de los Parisinos y de los intelectuales franceses durante su construcción, la estructura metálica se ha convertido hoy en día en el símbolo de París, atrayendo cada año a más de 6 millones de visitantes. Estaba previsto que la torre alcanzase los 350 metros, pero los vecinos se asustaron (por la amenaza de que un edificio tan alto y construido sin apenas piedras pudiera caerse) y se manifestaron, provocando un cambio de planes.
Gustave Eiffel fue asistido en la construcción por los ingenieros Maurice Koechlin y Emile Nouguier y por el arquitecto Stephen Sauvestre. Los estudios sobre el proyecto comenzaron en 1884, su construcción comenzó a pesar de todos los obstáculos en 1887 y se terminó 26 meses más tarde en 1889. Estaba previsto en sus comienzos la destrucción de la torre metálica después de la Exposición Universal de 1900. Las pruebas de transmisión radiofónica efectuadas por la armada francesa antes de la fecha fatídica del proyecto de demolición, salvaron finalmente la torre.
El material utilizado es hierro forjado erigido bajo la forma de 18.038 piezas entrecruzadas fijadas por 2.500.000 remaches. La estructura de la obra maestra de Gustave Eiffel es muy aireada y la robustez de sus materiales, su peso, es de 7.300 toneladas.
Desde el suelo hasta el mástil de la bandera la torre medía 312.27 metros en 1889 y hoy mide 324 metros, con sus antenas. Actualmente, diferentes cadenas de televisión francesa han instalado sus antenas en la cumbre de la torre.
 

Panorama desde lo alto de la torre
Vista de Paría desde lo alto de la torre